Estiquipuf

Se hizo mujer creyendo que el amor era la medida de todas las cosas. De esa manera, asida a la nada, esperó durante siglos la aparición de lo imposible. Aprendió a sobrevivir, de puntillas y descalza, sobre la afilada cuchilla que separa la locura del tedio. Hasta que una noche, a punto de engrosar las filas de los que fingen no tener miedo, se encontró con un animal herido ni tan bello ni tan joven que al rozar su mano (¿caricia o herida?) provocó algo tan real, tan tangible, que ella lo confundió con la felicidad durante más de media vida.

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5 Respuestas

  1. Don Jaime de M. dice:

    Por fuerza tienes que haber vivido esto tan bonito que escribes. ¿No te asusta un poco la pública confesión?

  2. escéptico dice:

    Don Jaime de M., no está claro que sea una confesión, y como es un blog anónimo tampoco sería pública.
    Un saludo y muchas gracias.

  3. Don Jaime de M. dice:

    Entendido. Yo lo decía porque una cosa es hacer un chiste o dar un punto de vista o hacer una reflexión intelectual sobre un aspecto de la realidad, y otra es escribir de lo que uno percibe. Ahí están las cosas de uno, las que generalmente no se cuentan tan fácil. Al menos, a mí me pasa. Pero bueno, no tiene más importancia. Un saludo, escéptico.

  4. cio dice:

    Bonita confusión si la sacó de la afilada cuchilla y le puso zapatos…

  5. dancin kin dice:

    ein?

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