Los martes al sol

Hace muchos años nuestros antepasados se sentaban alrededor del fuego. Allí se reunían y escuchaban al anciano de la tribu contar historias. En aquellos tiempos la esperanza de vida del más viejo del clan no llegaba a los 40 años, lo que hacía todo mucho más llevadero. Sentarse en grupo cerca de una hoguera, incluso hoy en día, nos provoca sensaciones agradables. Siempre que alguien no saque una guitarra y se ponga a cantar.

Más tarde, ya en las casas, las familias se reunían en torno a la chimenea. Se colocaban en semicírculo de tal forma que podían comunicarse sin demasiado esfuerzo. El crepitar provocado por el fuego unido al calorcito que se formaba en la estancia creaban una atmósfera ideal para largas conversaciones. En esas veladas se formalizaban matrimonios, se desheredaban primogénitos y se especulaba sobre la cosecha del año siguiente.

Más recientemente la mesa camilla, el brasero y la radio supusieron una revolución tecnológica. Un extraño que quizás estaba a cientos de kilómetros estaba hablando en nuestro salón. Se formaban animadas tertulias, se canturreaba al son de la canción de moda o se jugaba al dominó. La imaginación hacía horas extras y la palabra hablada se convertía en protagonista.

En la actualidad la televisión ha venido a sustituir al anciano de la tribu, al fuego, a la chimenea y a la radio. La radio comparada con la tele tiene muchas ventajas, quizás la principal sea que puedes pasar por delante de ella sin que nadie te insulte. En cualquier caso, lo peor no está en la sustitución de un aparato por otro, sino en la disposición del mobiliario que produce este artefacto en la mayoría de las salas de estar:

salon-estar

Sofá, mesita y televisión. Se ve con claridad que el televisor es lo más importante de la habitación. Establecer contacto visual o entablar conversación con alguno de los que están sentados en el sofá requiere un esfuerzo extra. Esto unido a que es el electrodoméstico más alienante -aunque no emitan la saga de la teniente Ripley- hace que la comunicación en las familias esté en los niveles más bajos de la historia.

Así pues, siendo conscientes del problema, en casa hemos decidido afrontarlo. Como primer paso hemos comprado un televisor gigante de plasma. Acto seguido, en un alarde de coherencia, hemos decidido instaurar el “Martes sin televisión”. Ese día de la semana no se encenderá el aparatejo. Escrito queda.

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18 Respuestas

  1. Sputnik dice:

    Esto me recuerda a un diálogo de la serie Friends…

    “…¿Que no tienes tele??…entonces, ¿Hacia donde miran tus muebles?…”

    Por cierto, eso del martes sin tele…no me creo nadaaaaa!!!!

  2. antxo dice:

    No vayas de elitista, que todos sabemos que te pone la Milá!

  3. antxo dice:

    Y hablando en serio… cierto! De hecho si amueblas una casa desde cero la tele es lo primero que piensas dónde va. El resto, se va poniendo alrededor…

  4. escéptico dice:

    Sputnik, no he dicho que se vaya a cumplir, pero se intentará. Lo del futbolín en casa como Joey y Chandler también sería un puntazo.

    Antxo, siempre he dicho que no vería GH sin la Milá. Además, ¿crees que es casualidad que sea “Martes sin tele” y no “Jueves sin tele”?

    Os mantendré informados. Tampoco os creáis que los martes me voy a poner un batín, encender una pipa y leer las obras completas de Schopenhauer.

  5. Escéptico:
    Aunque en general puedo estar de acuerdo con algunas cosas de las que comentas, hay una falsedad que me llama poderosamente la atención: ¿¿¿la comunicación en las familias, en los niveles más bajos de la historia??? Ahora que me estoy dedicando a hacer el árbol genealógico de mi familia me queda claro que somos unos afortunados en lo que a comunicación se refiere, y especialmente a la afectiva. Creo que hay muchas falacias acerca de la televisión. Si bien en muchos casos puede empeorar la comunicación en las familias, pocas veces atendemos al hecho igualmente cierto de que a veces contribuye a mejorar la comunicación en las familias. ¿De qué modo? Como un interlocutor más, o sencillamente sacando temas a la palestra que de otro modo no serían objeto de conversación entre padres e hijos.

  6. El hombre ígneo dice:

    Martes sin tele pero con ordenador, seguro que aumenta la comunicación cuando cada uno esté con su portátil y la única discusión sea “…. Puedes parar un momento el Emule, que no me deja ver bien los youtubess…”

  7. El jukebox dice:

    Estoy completamente de acuerdo con pepita grilla. Si comunicación familiar es rezar el rosario juntos o que el padre hable y los demás callen, habría que entronizar la tele por lograr la erradicación de estas prácticas.
    Además, te recuerdo que los martes echan ‘Keridos Monstruos’ en TeleDonosti. Propongo que pases el no-tele al lunes o, llegado el caso, que votemos aquí en el blog que día no encendéis el plasma.

  8. escéptico dice:

    Pepita, es cierto que la calidad de la comunicación puede ser peor, pero en cantidad no lo tengo tan claro. Recuerdo una noche, hace varios años, en la que se fue la luz en casa desde las 8 de la tarde hasta la madrugada y sólo nos faltó jugar al parchís a la luz de una vela. Parecíamos una familia de verdad y todo, no 4 zombis mirando hacia la caja tonta. También es cierto que si fuera así todos los días me hubiera independizado con 15 años.

    El hombre ígneo, la idea es hacer algo diferente, bastantes horas meto mirando la pantalla del PC. Puede ser leer, hacer un puzzle, hacer un hijo, etc. Mirar la tele apagada no valdría.

    El jukebox, la señal de TeleDonosti está gafada en mi casa. El audio llega con un ligero retardo y hace imposible ver algo más de cinco minutos sin volverte majareta. ¿Sales tú en el programa? Si es así nos lo tendríamos que replantear.

  9. El jukebox dice:

    Oye, pues tal y como lo cuentas suena divertido.
    No, la tele, como que no, además no podría dejar de pensar en lo del retardo y me entrarían ganas de hablar incluso al revés. Según leo en el periódico: Hoy, en ‘Keridos Monstruos’, “concursantes vascos en la gran pantalla”. O sea, uno de ‘El conquistador del fin del mundo’, uno de ‘Fama’ y otra de ‘Gran Hermano’. No sé, igual hasta puedes dejar la tele apagada.

  10. escéptico dice:

    Pues no tiene mala pinta. Soy seguidor de “El Conquistador…”, aunque este año parece que han perdido el norte. No sólo de “The Wire” vive el hombre.

  11. El jukebox dice:

    Ya que lo mencionas, ¿no sabrás por casualidad cuándo editan la quinta temporada de The Wire?

  12. escéptico dice:

    Ni idea. Aunque temo decirte que después de la magistral cuarta temporada, con esos chavales a los que les acabas cogiendo tanto cariño, la temporada final decae un poco.

  13. Ander dice:

    No vale enchufarse a la web de Muchachada Nui los martes, ¿eh?

  14. escéptico dice:

    ¡Ay, Piticli! El ordenador se puede consultar. El “día sin internet” no se vislumbra en el horizonte.

  15. kid a. dice:

    No te agobies con los días SIN, son sin más.
    En cuanto a KM, que sepas que no tienes ningún problema con el sonido de teledonosti, es que Naiara necesita un logopeda de los buenos, osea.

    Ah, y feliz día de la marmota!

  16. El jukebox dice:

    Sí, ya me figuro que en la última temporada el nivel bajaría un poco, pero bueno, esperará a verla.

  17. escéptico dice:

    kid a., ayer fue el día y no me ha cambiado la vida. Eso sí, como la vecina de abajo pone la tele tan alta me sentía como si estuviera haciendo trampa, porque me enteraba de todo.

    El jukebox, buena parte de la trama de la 5ª temporada de The Wire transcurre en la redacción de un periódico. Por eso igual no tiene tanto gancho. Jurjurjur.

  18. El jukebox dice:

    No me digas más… ahora lo entiendo.

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