Esto me recuerda mi ingenuidad… y pensar que un día creí que hacer huelga era un derecho y no una obligación…
De todas formas, los parados hoy deberíamos trabajar para mostrar nuestra disconformidad, no?
Los sindicatos son todo lo que digamos y mucho más. Hagámonos de Adegi, Confebask y, llegado el caso, la CEOE. Son los únicos que velan por los intereses de sus asociados.
@escpetico: ¿Lírica? Ni que fueran italianos. Ellos cotizan en eurakos. Y así están, castratis por la mano que les da de comer.
@jukebox: con la secularización de la sociedad ya nadie reclama que se santifique a quienes se cobijan bajo siglas patronales. Pero que se aburguesen los representantes del proletariado, eso sí que no tiene medio pase.
Los representantes del proletariado no se han aburguesado. Qué mas quisieran e incluso quisiéramos. El otro día escuche que sin burguesía no ha habido nunca revoluciones: ni políticas, ni sociales, ni tecnológicas. Quizás es que los representantes del proletariado y el proletariado se han hecho de clase media.
El problema es que esta gente sigue anclada en el discurso del proletario y el patrón. Mientras crean que ponerse una corbata es pasarse al enemigo seguirán cuesta abajo y sin frenos.
Es una pena, porque en tiempos de crisis es cuando más peligran los derechos de los trabajadores, y si estos son los que tienen que defenderlos…
Lo que no es de recibo es que acepten las generosas mordidas del poder -vía subvenciones o formación continua que es otra forma de desviar dinero- y pretender seguir defendiendo a los más damnificados por los despropósitos de dichos gobernantes. La credibilidad brilla por su ausencia. Quien con niños se acuesta…
A sindicalista sólo se meten los vagos que no quieren esforzarse y arriesgar nada en su vida.
El empresario arriesga para ganar dinero, evidentemente, pero le puede salir bien o mal.
El trabajador de corte sindicalista reclama su seguridad: contrato, convenio, derechos, garantías…derechos y más derechos. ¿Qué arriesga él en su vida?
Supongo que tiene que ver con que las personas que realizan ciertos trabajos (duros si se desarrollan con competencia) han perdido todo el crédito e incluso son despreciados, debido a circunstancias sociales, históricas y/o culturales, como p.ej. curas, profesores, sindicalistas…
Tuve un amigo que reunía estas tres condiciones laborales.
“Ahora soy comercial entre semana, striper los fines de semana y teleoperador de una compañia de móviles a ratos, y me siento más respetado como persona” me confesó la última vez que lo vi. No se lo reprocho.
Simplista, no. Un poco provocador igual… Es evidente que en todo hay gente buena y mala. No me meto con los currelas, me meto con los que están todo el día quejándose y exigiendo, lamentándose de lo mal que les trata su empresa, de lo poco que cobran, de lo mucho que se merecen que les den por ley, por convenio… y luego llevan 30 años en la misma empresa y no han hecho nada por cambiar, por arriesgar, por tener iniciativa, por buscar, por salir adelante, por cambiar.
Hay gente que va a currar todos los días como si fueran al matadero, gente para la que su única ilusión cuando se levantan es pensar cuándo llegará el próximo puente.
Si a una de estas personas les invitas a buscar otro trabajo, a mejorar, a ponerse por su cuenta te dirán que “es que ahora es mal momento”, “es que tengo que pagar la hipoteca”.
Siempre hay una excusa buena para seguir instalado en la comodidad calentita del sueldo al mes y la queeeeeeja permanente, cansina, de quien no hace nada por cambiar.
Hombre, la cosa está clara. Los sindicalistas se han aburguesado, parte del proletariado se ha aburguesado y la otra parte espera aburguesarse en un plazo lo más corto posible.
¡Eso si!!!, mientras tengamos la cañita y otra de bravas…a gozarla. Y todos con la roja (con la selección claro).
Los sindicatos no han sabido adaptarse a los nuevos tiempos, como la mayoría. Se han ganada a pulso su falta de credibilidad actual.
Por otra parte no hay nadie más que defienda los derechos de los trabajadores, tampoco hay que olvidarlo.
Mi impresión es que en el mundo sindical, como en el político y en la comunidad de vecinos, muchas veces llegan a lo más alto los más mediocres y los que más gritan.
Resumiendo: los sindicatos sólo se representan a sí mismos y los partidos políticos sólo quieren alcanzar el poder y luego mantenerse en él como sea. Además, los mercados son soberanos para imponer sus políticas a los gobiernos de las naciones.
Si esto es correctro, espero que nadie me hable de que vivimos en un estado democrático. Régimen de libertades sí que disfrutamos, pero si he entendido bien, de uno democrático no mucho.
Resumen 2: Contra Franco vivíamos mejor. Hacer política no era un buen negocio, y casi nunca un medio de vida -más bien todo lo contrario- ; los sindicalistas se reclutaban entre los trabajadores más comprometidos, ahora sus élites serían agredidas en el tajo por su sospechoso parecido con los capitalistas; la democracia era un anhelo, no la vaca Filomena a la que todos ordeñan porque alguien esgrimió lo de café para todos. ¿Y la libertad? Era ese sueño por el que muchos dieron su vida y a quienes ofendemos por el poco valor que le damos una vez que la conquistamos.
Tampoco es cuestión de deprimirse, el cabreo siempre será mejor que la indiferencia. La apatía, el pasotismo y la falta de confianza en cualquier ente público, privado o sin ánimo de lucro es el peor de los escenarios posibles. De eso a acabar viendo el “Sálvame Deluxe” sólo hay un paso.
Hay que agarrarse a lo que sea para no caer al abismo. Yo apuesto por el chocolate Lindt con almendras, la Budweiser americana (sí, la americana) y cualquier disco de los 70 en el que suene una guitarra distorsionada. Es la única forma de quitarme a Montesquieu de la cabeza.
Tampoco es eso, Amute, que podemos acabar idealizando el franquismo. Sospecho que dentro de veinte años diremos: “¿Te acuerdas qué tiempos los de ZP? Aquél sí que se batía el cobre con los mercados, no como éstos de ahora”.
escéptico: yo en lo de la birra y lo del disco de los 70 coincido y fijo que mucha más gente también. Propongo que formemos un sindicato.
El mejor exponente de que los sindicatos ya no son lo que eran está en el lenguaje. Sus siglas se prestan a la polisemia. Veáse: COMISIONES OBRERAS. Su especialidad es la firma de CONVENIOS (el acento en la í); y flaco favor les hace que sus cuadros más alegres -y combativos- reciban el nombre de LIBERADOS. ELA-LAB: zuek ERE bai!
Amute, cada vez que recuerdo que mi padre, enlace sindical durante más de 20 años, no se cogió ni una sola “hora sindical” para tener la tarde del viernes libre se me revuelve la sangre.
Esto me recuerda mi ingenuidad… y pensar que un día creí que hacer huelga era un derecho y no una obligación…
De todas formas, los parados hoy deberíamos trabajar para mostrar nuestra disconformidad, no?
cio, si quieres trabajar hoy tengo que bajar unos muebles a la basura.
¿Por qué los sindicalistas sólo trabajan cuando incitan a los demás a no hacerlo? Propongo que apedreen sus sedes, por esquiroles.
Amute, ellos te dirán que trabajan todo el año y que además les toca pringar los días de huelga. Malos tiempos para la lírica sindical.
Los sindicatos son todo lo que digamos y mucho más. Hagámonos de Adegi, Confebask y, llegado el caso, la CEOE. Son los únicos que velan por los intereses de sus asociados.
@escpetico: ¿Lírica? Ni que fueran italianos. Ellos cotizan en eurakos. Y así están, castratis por la mano que les da de comer.
@jukebox: con la secularización de la sociedad ya nadie reclama que se santifique a quienes se cobijan bajo siglas patronales. Pero que se aburguesen los representantes del proletariado, eso sí que no tiene medio pase.
Los representantes del proletariado no se han aburguesado. Qué mas quisieran e incluso quisiéramos. El otro día escuche que sin burguesía no ha habido nunca revoluciones: ni políticas, ni sociales, ni tecnológicas. Quizás es que los representantes del proletariado y el proletariado se han hecho de clase media.
El problema es que esta gente sigue anclada en el discurso del proletario y el patrón. Mientras crean que ponerse una corbata es pasarse al enemigo seguirán cuesta abajo y sin frenos.
Es una pena, porque en tiempos de crisis es cuando más peligran los derechos de los trabajadores, y si estos son los que tienen que defenderlos…
Lo que no es de recibo es que acepten las generosas mordidas del poder -vía subvenciones o formación continua que es otra forma de desviar dinero- y pretender seguir defendiendo a los más damnificados por los despropósitos de dichos gobernantes. La credibilidad brilla por su ausencia. Quien con niños se acuesta…
A sindicalista sólo se meten los vagos que no quieren esforzarse y arriesgar nada en su vida.
El empresario arriesga para ganar dinero, evidentemente, pero le puede salir bien o mal.
El trabajador de corte sindicalista reclama su seguridad: contrato, convenio, derechos, garantías…derechos y más derechos. ¿Qué arriesga él en su vida?
Y luego dan lecciones morales…
antxo, pelín simplista tu planteamiento, me has recordado a algunos líderes sindicales.
A mí me ha recordado al mismísimo Pablo Iglesias.
¡Venga ya! ¿Es que hay que arriesgar algo para tener derechos?
Supongo que tiene que ver con que las personas que realizan ciertos trabajos (duros si se desarrollan con competencia) han perdido todo el crédito e incluso son despreciados, debido a circunstancias sociales, históricas y/o culturales, como p.ej. curas, profesores, sindicalistas…
Tuve un amigo que reunía estas tres condiciones laborales.
“Ahora soy comercial entre semana, striper los fines de semana y teleoperador de una compañia de móviles a ratos, y me siento más respetado como persona” me confesó la última vez que lo vi. No se lo reprocho.
Simplista, no. Un poco provocador igual… Es evidente que en todo hay gente buena y mala. No me meto con los currelas, me meto con los que están todo el día quejándose y exigiendo, lamentándose de lo mal que les trata su empresa, de lo poco que cobran, de lo mucho que se merecen que les den por ley, por convenio… y luego llevan 30 años en la misma empresa y no han hecho nada por cambiar, por arriesgar, por tener iniciativa, por buscar, por salir adelante, por cambiar.
Cada uno tiene lo que se busca.
Hay gente que va a currar todos los días como si fueran al matadero, gente para la que su única ilusión cuando se levantan es pensar cuándo llegará el próximo puente.
Si a una de estas personas les invitas a buscar otro trabajo, a mejorar, a ponerse por su cuenta te dirán que “es que ahora es mal momento”, “es que tengo que pagar la hipoteca”.
Siempre hay una excusa buena para seguir instalado en la comodidad calentita del sueldo al mes y la queeeeeeja permanente, cansina, de quien no hace nada por cambiar.
Hombre, la cosa está clara. Los sindicalistas se han aburguesado, parte del proletariado se ha aburguesado y la otra parte espera aburguesarse en un plazo lo más corto posible.
¡Eso si!!!, mientras tengamos la cañita y otra de bravas…a gozarla. Y todos con la roja (con la selección claro).
Los sindicatos no han sabido adaptarse a los nuevos tiempos, como la mayoría. Se han ganada a pulso su falta de credibilidad actual.
Por otra parte no hay nadie más que defienda los derechos de los trabajadores, tampoco hay que olvidarlo.
Mi impresión es que en el mundo sindical, como en el político y en la comunidad de vecinos, muchas veces llegan a lo más alto los más mediocres y los que más gritan.
Resumiendo: los sindicatos sólo se representan a sí mismos y los partidos políticos sólo quieren alcanzar el poder y luego mantenerse en él como sea. Además, los mercados son soberanos para imponer sus políticas a los gobiernos de las naciones.
Si esto es correctro, espero que nadie me hable de que vivimos en un estado democrático. Régimen de libertades sí que disfrutamos, pero si he entendido bien, de uno democrático no mucho.
Resumen 2: Contra Franco vivíamos mejor. Hacer política no era un buen negocio, y casi nunca un medio de vida -más bien todo lo contrario- ; los sindicalistas se reclutaban entre los trabajadores más comprometidos, ahora sus élites serían agredidas en el tajo por su sospechoso parecido con los capitalistas; la democracia era un anhelo, no la vaca Filomena a la que todos ordeñan porque alguien esgrimió lo de café para todos. ¿Y la libertad? Era ese sueño por el que muchos dieron su vida y a quienes ofendemos por el poco valor que le damos una vez que la conquistamos.
Tampoco es cuestión de deprimirse, el cabreo siempre será mejor que la indiferencia. La apatía, el pasotismo y la falta de confianza en cualquier ente público, privado o sin ánimo de lucro es el peor de los escenarios posibles. De eso a acabar viendo el “Sálvame Deluxe” sólo hay un paso.
Hay que agarrarse a lo que sea para no caer al abismo. Yo apuesto por el chocolate Lindt con almendras, la Budweiser americana (sí, la americana) y cualquier disco de los 70 en el que suene una guitarra distorsionada. Es la única forma de quitarme a Montesquieu de la cabeza.
Tampoco es eso, Amute, que podemos acabar idealizando el franquismo. Sospecho que dentro de veinte años diremos: “¿Te acuerdas qué tiempos los de ZP? Aquél sí que se batía el cobre con los mercados, no como éstos de ahora”.
escéptico: yo en lo de la birra y lo del disco de los 70 coincido y fijo que mucha más gente también. Propongo que formemos un sindicato.
jukebox, si tenemos que idealizar a ZP y recordarlo como el último hombre de estado lo haremos, pero no creo que con menos de 20 Budweiser ingeridas.
Respecto a tu oferta, me niego a formar un sindicato incumpliendo uno de mis principios básicos. O aceptas el chocolate Lindt con almendras o nada.
El mejor exponente de que los sindicatos ya no son lo que eran está en el lenguaje. Sus siglas se prestan a la polisemia. Veáse: COMISIONES OBRERAS. Su especialidad es la firma de CONVENIOS (el acento en la í); y flaco favor les hace que sus cuadros más alegres -y combativos- reciban el nombre de LIBERADOS. ELA-LAB: zuek ERE bai!
Amute, cada vez que recuerdo que mi padre, enlace sindical durante más de 20 años, no se cogió ni una sola “hora sindical” para tener la tarde del viernes libre se me revuelve la sangre.
Los sindicatos son como la ONU: ya casi no sirven para nada… pero si no existiesen sería todavía peor.