Si el ópalo fuera abundante…
Leo en el libro de viajes Los sótanos del mundo, de Ander Izagirre, las palabras de un minero iraní que se gana la vida buscando ópalo en pleno desierto australiano:
“Si el ópalo fuera abundante, valdría poco dinero. Por eso, cuando bajo y no lo encuentro, también me alegro.”
¿Cómo es posible que exista una persona tan positiva? ¿Dónde hay que apuntarse para que te enseñen a tener esa mentalidad? ¿Consiguió asesinar a ese cenizo cabrón que casi todos llevamos dentro o nació limpio de energías negativas? ¿Es sincero o algún día se caga en todo cuando tras diez horas de pico no encuentra el dichoso mineral?
Realmente, no me interesa conocer las respuestas. No creo que aportaran demasiado. Lo que me sorprende es lo irrefutable de la frase. Tan sencilla y tan inteligible que causa estupor.
En estos tiempos de grandes sentencias vacías de significado, se agradece.

Sí, escéptico. Aquel minero iraní era admirable por muchas cosas, en especial por su sacrificio en el desierto para sacar adelante a su familia, pero esa extraña serenidad de la frase final da mucho que pensar.
En ocasiones las pesonas “anónimas” son las que más nos enseñan.
Por cierto, ya he acabado el libro y me ha encantado.