Clase política
Acaba de caer sobre mí la madre de todas las granizadas, así que creo que estoy con el estado de ánimo idóneo para hablar de políticos.
A pesar de mis dudas, Patxi López acaba de ser investido lehendakari. Encarna Patxi como nadie el político de perfil bajo que tan de moda está últimamente. Donde digo Patxi podría decir Basagoiti o Ibarretxe. Pasaron de la universidad a la carrera política y comenzaron a subir todos los escalones, en las juventudes del partido, como concejales o alcaldes y más tarde como parlamentarios. Funcionarios de partido.
Al final del camino llegan a dirigir más por eliminación que por capacidad de liderazgo o por unas ideas innovadoras. Han sobresalido tan poco en su carrera política, evitando decir nada incómodo públicamente, que no tienen prácticamente enemigos. Ese es su mayor mérito, ven como los rivales dentro de su propio partido van cayendo en luchas internas, desgastados, mientras ellos, mediocres entre medianías, esquivando puñales y apuñalando silenciosamente, tienen el camino expedito hacia el número uno.
Ninguno demuestra tener carisma, ni una gran cultura, ni ser un gran orador, ni tener facilidad para los idiomas, ni siquiera cierta gracia para pinchar a sus rivales. Los mismos sosos con distintos trajes. Cuando les hacen una pregunta todo el mundo sabe lo que van a responder antes de que lo hagan, y ellos cumplen con el guión establecido sin ningún esfuerzo. Tras tantos años politiqueando han llegado a confundir lo que realmente piensan con lo que deberían decir, y muchos llegamos a dudar de que a estas alturas piensen algo por sí mismos.
Andar en bici, coleccionar vinilos o jugar al golf. Filtrando estas aficiones pretenden que los veamos como personas normales, como uno más. Yo no quiero que el lehendakari sea mi vecino de abajo. Quiero alguien diferente, con personalidad propia, que destaque entre los demás, que me mienta pero con arte, que no me haga buscar el mando a distancia cuando aparezca en la pantalla.
¿Es mucho pedir?
madrazo
Un dos tres responda otra vez.
creo que deberías incluir un “madrazo” en el texto, para contrarrestar el efecto soporífero que provoca Patxi Lo (lo de lolitos).
Ah, y si es mucho pedir.
Madrazo merecería un capítulo aparte. Dicho esto, hacer leña del árbol caído nunca me ha gustado, por lo que no creo que tenga su monográfico.
Ya lo dicen los publicistas. SI NO MOLESTAS A NADIE NO EXISTES. Es una gran frase que estos ni siquiera pillarían….