La señora Nicosia
Esta mujer tiene 99.999,99 euros en un banco chipriota. Pone los piececitos en el asiento, ¿quién le va a llamar la atención?, acaba de chulear a Merkel, ningún revisor con traje raído le puede impresionar. A su lado un atorrante trata con torpeza de sacarle una foto con el móvil. Por ella como si le fotografía el potorro de canto, preocupaciones más importantes bailan en su cabeza. Comprar unos ajos para hacer unas vainas y pasar por casa de Luisa para que le devuelva sus agujas de hacer punto. Al caer la tarde, si todo sale bien, puede que se dé un homenaje y se coma un ferrero rocher. Puede.
Ya puede comprar muchos ajos, ya, porque si no, en el momento en que el banco le pague los intereses, va a descubrir que su amiga Luisa es Merkel disfrazada, con las agujas de punto bien afiladas para clavárselas en la aorta.
Agorero, dame fuego.
Hay esperrancia. Si te fijas en la foto, la señora está calculando cuánto dinero debe gastar en ajos para que la suma de los intereses no le haga superar los 100.000 euros.
Qué ganas tenías de escribir potorro.
Ander,en uno de sus últimos tuits la Fundéu recomienda usar la palabra potorro en cualquier contexto y cuantas más veces mejor. Además, aquí está perfectamente justificado, ya que la persona de la foto es mujer.