Sutileza y torpeza
He pasado unos días en estado febril, lo cual me ha permitido ver la tele más de lo médicamente recomendable.
Me he dado cuenta de que una forma sencilla de diferenciar las series buenas de las malas, es fijarse en la manera que tienen de mostrar publicidad dentro de la trama. Cuanto mejor es la serie más extraño resulta ver una marca en pantalla. Aquí está el caso de Dexter:

Así de memoria puedo decir que esa marca japonesa de cámaras de fotos y los ordenadores de la manzanita son las únicas empresas que han llegado a mi mente de forma clara tras tres temporadas.
En el caso contrario series como “El Internado”, donde meten con calzador un viaje en coche al dentista, en el que no pasa absolutamente nada, sólo para que se vea no menos de cinco veces una carpeta con la marca de una clínica dental. Un poco más tarde, como el archiconocido buscador de internet no está entre sus anunciantes, tuvieron que tunear un poco su página principal. Un trabajo fino:

En el terreno de la publicidad (un saludo a Laszlo) me ha venido a la cabeza la película “Con la muerte en los talones” tras ver cierto anuncio. El final de la película de Hitchcock fue bastante polémico en su día por su última imagen:
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=DPt-4Nwght0[/youtube]
No hace falta que os diga qué parte de la anatomía de Cary Grant representa el tren y cual de Eva Marie Saint el túnel. Pues bien, el anuncio que me ha recordado esta escena, pero de forma chabacana y grosera, es este. Atención al final:
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=vOUYYDtEjBg[/youtube]
Al ver este anuncio pienso en lechazos, y no precisamente al horno, lo que no creo que fuera la idea primigenia del anunciante.
