El fútbol es así

En estos días de sobredosis futbolera me llama la atención cómo muchos periodistas, líderes de opinión e “intelectuales” siguen pensando que la gente es imbécil, y que la política de pan y circo funciona siempre. Algunos ven salir a la gente con las banderitas, dando saltos y gritando gol en un bareto y ya se piensan que se les ha olvidado el máximo histórico del euribor, lo que cuesta llenar el depósito y la cara de incredulidad al repasar el ticket del Eroski. Error, la gente celebra algo cuando su equipo gana, pero alegrarse por algo y demostrarlo no implica que el cerebro se resetee y se olviden de todo lo demás. La vida es muy jodida. Si de vez en cuando no disponemos de una válvula de escape es cuando empezamos a tener un problema, y de los gordos.

Luego hay cosas que no cambian. Estos días he oído y leído más de una vez llamar a los futbolistas “incultos que sólo saben golpear una pelota”. Esto siempre me ha hecho gracia. Porque yo conozco a varios incultos que ni siquiera saben jugar al fútbol. ¿Es eso mejor?  Puestos a generalizar y a meter a todo el mundo en el mismo saco, yo prefiero llevarlo a la máxima expresión y decir “el hombre es un lobo para el hombre”, que decir que todos los vendedores de coches de segunda mano son unos timadores o que todas las mujeres son unas putas. Quizás sea porque suena más culto citar a Hobbes que a mi tío el camionero.

¿Que la gente se moviliza con el fútbol y no con otros temas mucho más graves? Quizás en vez de pensar que vivimos entre borregos, haya que empezar a valorar la posibilidad de que el ciudadano medio piense que no se puede cambiar nada. Que por mucho eslogan de “Podemos” y por mucho marketing barato que nos quieran colar, la gente cree que es imposible luchar contra los elementos, porque se ha perdido la fe en las instituciones, los partidos, los medios de comunicación y un largo etcétera. Que esto es el sálvese quien pueda y que cada uno vigila su trasero, y si me apuras, el de su familia y el de sus amigos. ¿Crisis económica? Seguro, y de las gordas, pero fíjate si soy gilipollas, que no soy rico y hay otras crisis que me parecen más preocupantes.

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