Me meo de las risas
Ser gracioso es difícil, muy difícil. Ser gracioso en tiempo real, más que difícil es casi imposible. Pensemos que el 99% de los chistes que vemos y oímos en la tele o en el cine no tienen puta gracia. Es decir, un equipo de guionistas profesionales de comedia, trabajando durante varios meses para que sueltes la carcajada son incapaces de hacerte reir. Pasemos a la teoría.
La mayoría de los varones al llegar a la adolescencia se encuentran ante una trifurcación: ser guapo, ser gracioso o ser del montón. Por supuesto ser del montón no mola, con lo cual si ya has cumplido 14 años y no te has comido una rosca piensas que tu única opción de aparearte es ser gracioso. Doy por hecho que todo el mundo sabe que el especímen guapo y gracioso no existe. Hay tres pruebas científicas que lo demuestran: Groucho, Faemino y Gila.
Una vez elegido el camino del humor empiezan los problemas. La cruda realidad nos putea una vez más. Vemos Friends y todos queremos ser como Chandler, pero a la hora de la verdad nuestras gracias son peores que las de Joey. Este es un momento duro, descubres que el gracioso, como el guapo, nace y no se hace. En algunos casos, antes de claudicar, te rebelas y consumes sustancias que crees que permitirán que aflore tu gracia natural. Normalmente esto suele salir mal, y años después, todavía tienes que oir la pregunta retórica de vez en cuando: “¿Te acuerdas de cuando te abofeteó aquella pija de 17 años?”. En resumen, si no eres guapo ni gracioso ¿qué te queda?
Te queda esperar agazapado a que pasen los años, confiando en llegar vivo a esa edad en la que el físico masculino se homogeiniza y deja de tener tanta importancia. No hablo de ligar en el baile del asilo, es un poco antes. A ciertas edades las mujeres (y algunos hombres) empiezan a valorar aspectos como la sensibilidad, el saldo medio, una buena conversación o tener mano en la cocina. Para algunos eso se llama madurar, para otros es conformarse con los despojos.
No entraremos a valorar. Simplemente diré que no hay que desesperarse. Todo lo contario, en ocasiones es suficiente con esperar.
P.D. Si has dudado de la existencia de la palabra trifurcación, deberás escribir un comentario como penitencia.
Yo no he dudado de la existencia de la palabra “trifurcación” (porque tenía claro que no existía) pero aún así voy a escribir un comentario.
A mí Chandler siempre me pareció un tipo que pretendía ir de gracioso sin serlo… Eso sí que es triste…
Uno de mis chistes favoritos es el siguiente: “dos economistas se encuentran a la puerta del colegio electoral y dicen al unísono: “me ha hecho venir mi mujer”.
La palabra “trifurcación” existe y existirá, aunque su prima “trifulca” es más popular. Lo que no sé es qué es “follar”.
http://www.rae2.es/trifurcaci%C3%B3n
trifurcación.
1. f. Acción y efecto de trifurcarse.
Hombre, trifurcación no lo había oído en la puta vida. Bifurcación sí, pero trifurcación…. También existe cuatrifurcación?
Parece que hay tres personas que han cumplido su penitencia, el círculo se cierra.